Por. Mg. Alicia Barco Andrade CEO – Human Branding Perú.
Las democracias contemporáneas en Latinoamérica, y en el Perú, se encuentran enfermas de corrupción. Enfrentan desafíos y una necesaria evolución para conducir el desarrollo País.
En paralelo, la madurez de las Tecnologías y la IA en un mundo de vertiginosa Transformación Digital, han ocasionado cambios profundos en todas las organizaciones (tanto públicas como privadas) debido a la digitalización y la automatización de los procesos.
Nadie puede negar que la única protagonista de la pandemia fue la tecnología que aceleró, también, la normativa de Gobierno Digital en el Perú, entrando en el marco de la Política nacional de Estado en el 2021.
En relación con las transformaciones derivadas de la digitalización, es importante tener en cuenta que (además de los cambios en los procesos propios de la administración e instituciones públicas) el acceso y uso de Internet ha transformado el modo en que los ciudadanos se desenvuelven en la política y socialmente en un mundo cada vez más interconectado. Las redes sociales han demostrado ser los nuevos poros de la democracia participativa.
En este contexto, existen mecanismos de participación política que podrían abrir nuevas vías para la innovación y la solución colectiva de problemas públicos. Estas nuevas prácticas, son las que me han animado escribir para mejorar la comunicación entre la administración y el ciudadano sea más fluida, más directa y menos costosa.
Establecer puentes que puedan fortalecer nuestra Institucionalidad en la ciber democracia tiene que construirse con la ciudadanía digital.
Nuestro Perú está cojo. El nivel de corrupción afecta el orden público y un desgobierno constante aumenta diariamente la desconfianza ciudadana. La baja calidad democrática pone en riesgo nuestro estado de Derecho
¿La democracia está en riesgo?
En esta era del caos, uno de los tantos problemas estructurales que padece nuestro país, Latinoamérica y el Caribe es la ausencia del diálogo entre los 4 actores sociales de una Nación – Estado, Instituciones Públicas, empresas privadas, las Universidades y la sociedad civil nunca trabajado de manera integrada y unida.
El gobierno no promueve el trabajo, siguen latentes los problemas sociales, no hay impulso hacia el dinamismo de la economía, la inflación afecta los bolsillos y en una era de comunicación digital, la forma de hacer democracia también merece evolucionar con la tecnología como aliada. A esto le llamo el inicio de una ciber democracia.
Los espacios que se han creado como centro de innovaciones públicas son las HUBS democráticos: Los nuevos espacios de innovación pública que, de la mano de las universidades y las empresas privadas, desarrollan metodologías ágiles, analizan el compromiso ciudadano con los asuntos públicos. Formas de laboratorios de conocimientos donde se identifican las desigualdades tecnológicas, para responder a las demandas ciudadanas de participación con el objetivo de mejorar la legitimidad y la confianza que tienen los ciudadanos en sus instituciones políticas.
Ciber democracia y ciudadanía digital:
Desde el año 2014 han surgido, asimismo, una serie de plataformas web y aplicaciones para smartphones, principalmente preocupadas por permitir a los ciudadanos presentar denuncias y transmitir informes a la administración pública, con el objetivo de mejorar los problemas cotidianos y hacer que la comunicación entre la administración y la población sea mucho más fluida. Son aquellos espacios pensadas para incrementar el poder de decisión de los ciudadanos en los asuntos públicos. Incrementar el nivel de la democracia desde los espacios de innovación, en conjunto con la academia, las facultades de Derecho, de Comunicación, las empresas privadas, las ONG y la sociedad civil.